Death comes to Pemberley

En esta entrada de año, mientras unos se afanan en ponerse al día con series rezagadas en estas semanas de ausencia de nuevos episodios en casi todas las cadenas… y mientras otros nos recuerdan lo mejor del año que dejamos atrás, ya sea con los favoritos de maquillaje de youtube o los mejores momentos televisivos del 2013 como este repaso de Finileta… siempre está bien un poquito de visionado de ficción del signo XIX… ya sabéis, para limpiar el paladar de excesos modernos.

Las miniseries de la BBC siempre son una gran alternativa de nueva ficción. En general, saben crear piezas breves, de buena calidad y entretenidas. Este año además, han adaptado un libro de la nonagenaria P.D. James que gira en torno a la gran historia que es/fue Orgullo y Prejuicio.  Hablo de "Death Comes to Pemberley" (vamos, "La muerte llega a Pemberley").

Pues sí señores… una vez más volvemos a la historia de siempre, una vuelta de tuerca más a una de las mejores historias de amor de todos los tiempos (soy fan, está claro, ¿no?). 

Si ya habíamos visto qué pasaba si Elizabeth Bennet se colaba en el mundo actual y una londinense llamada Amanda aparecía en su lugar liando todas las tramas del libro (en la miniserie Lost in Austen)… nos habían dado a conocer qué había sido de Mr. Darcy durante su ausencia en el libro original durante varios meses (en la trilogía literaria: "Trilogía Fitzwilliam Darcy, un caballero")… o habíamos visto adaptaciones variopintas, estilo nieve (Pride and Prejucide), Bollywood (Bodas y Perjuicios) y las clásicas adaptaciones (la de Keira Knightley en formato película del 2005 y la miniserie de la BBC de 1995, mi favorita)… ahora tenemos una nueva.

    

¿Qué pasó 6 años después?

Nos encontramos en la mansión por definición, Pemberley. Todo el mundo es feliz. Darcy, Lizzy… y el pequeño Fitzwilliam. Esa noche va a haber un gran baile, y para variar, Wickham y Lydia no están invitados. Todo muy old school. Pero hay una leyenda, un fantasma que aparece en el bosque presagiando que algo maligno va a ocurrir… y evidentemente 2 sirvientas se cruzan con el fantasma en cuestión… y hay un cadaver… y un único sospechoso, Wickham, que se enfrenta a la pena capital.

¿Ayudará Darcy a su archienemigo? ¿Será realmente culpable? Estas son dos de las preguntas que creará desde un primer momento el libro/mini-serie. Pero seamos sinceros, aquí a lo que estamos es a cotillear qué ha sido de las vidas de nuestros personajes favoritos. Cómo le va la vida a Georgiana… habrá madurado Lydia?… etc.

La verdad es que la fotografía, vestuario, localización y montaje final de la mini-serie son un lujo. Se hace amena, agradable, y creíble. Es cierto que en un primer momento la elección de Anna Maxwell para interpretar a Elizabeth no me pareció acertada… pero la mujer se mete en su papel, y te la crees, que es lo importante (mucho más que esa Keira suspirando por las esquinas embutida en una telita blanca cutre para el baile de gala, he dicho).

Caras conocidas hay varias, aunque me quedo con tres. Mr. Darcy, interpretado por Matthew Rhys (quédome yo alucinada de que este hombre sea galés, teniendo en cuenta que en mi cabeza siempre será el hijo gay, Kevin, de esa tropa Goofy que era Brothers & Sisters)… Wickham, interpretado por el ingles Matthew Goode (muy grande en Leap Year y visto por última vez en nuestras pantallas en el anuncio navideño de Ferrero Rocher de 2013 haciendo de cocinero)… y por último Lydia, interpretada por Jenna Coleman, la última companion del Dr. Who.